ANCHOR: SU HISTORIA Y SU CERVEZA HUMMING ALE

Hablar de Anchor es, sin duda, hablar de un valor fijo en cuanto a calidad cervecera. Aunque, quizás, la cerveza más conocida de la marca sea la Anchor Steam, hoy vamos a hablar de la Humming Ale, y dejaremos la Steam para otra ocasión donde explicaremos un poco como se originó esa cerveza que dio nombre a tan curioso estilo.

Pero antes de hablar de la cerveza en sí, repasemos su amplia historia, llena de "muertes" y "resurrecciones":

Se puede considerar a Anchor como la decana de las cervezas independientes estadounidenses, y su historia comienza con Gottlieb Brekle, de origen alemán, quien, en 1871, compró una vieja cervecería en San Francisco (Estados Unidos) y la transformó en una fábrica de cerveza.

25 años después, en 1896, el también alemán Ernst F. Baruth y su yerno, Otto Schinkel Jr., compraron esa fábrica de cerveza y la llamaron Anchor. En principio, no sabe muy bien el porqué llamaron así a la fábrica, salvo, quizás, por su alusión indirecta pero potente al pujante puerto de San Francisco.

Vieja fábrica

Pero esta fábrica ha sufrido una serie de catastróficas desdichas a lo largo de su historia, de las que, por fortuna, supo sobreponerse. Para empezar, el copropietario Ernts Baruth muere repentinamente en 1906, y dos meses después, un incendio devastador, provocado por un gran terremoto, redujo la fábrica prácticamente a cenizas.

Otto Schinkel no se rindió y decidió construir otra fábrica, sin embargo parecía que la suerte no estaba de su parte y, en 1907, murió atropellado por un tranvía. Por suerte, los cerveceros alemanes Joseph Kraus y August Meyer, junto con el dueño de una tienda de licores llamado Henry Tietjen, fueron capaces de mantener la fábrica.

En 1920, Anchor cerró debido a la Ley Seca, y no fue hasta 1933, con la derogación de dicha ley, cuando Joseph Kraus retomó la actividad cervecera. Sin embargo, de nuevo la mala suerte, y de nuevo gracias a un incendio, la fábrica quedó destrozada.

Pero Kraus, junto con un nuevo socio llamado Joe Allen, volvió a abrir una fábrica, esta vez en un viejo edificio de ladrillo muy próximo a su anterior ubicación.

Actual fábrica

En 1952 Kraus muere y Allen mantiene la fábrica hasta 1959, cuando, con 71 años decide cerrar definitivamente; hasta que un año después la compra Lawrence Steese, quién tras 5 años de mandato y una pésima gestión anuncia un nuevo cierre.

Entonces, un recien graduado en la Universidad de Stanford, llamado Fritz Maytag, se entera de que su cervecera preferida va a cerrar y se apresura a comprar el 51% de la propiedad.

En 1971, 100 años después de que Gottlieb Brekle comenzara esta historia, Maytag comienza a embotellar la Anchor Steam Beer, cerveza que se convertiría en el icono de las cervezas artesanales americanas, y momento a partir del cual Anchor comenzó a ser un referente en el sector.

A partir de ese momento, la fábrica no hizo otra cosa que crecer y crecer. 

Fritz Maytag

En 1979 se trasladaron a Potrero Hill, donde, ha día de hoy, siguen elaborando sus estupendas cervezas.
En el año 1993 se convirtió en la primera fábrica de cerveza con destilería propia, donde han sido capaces de elaborar desde Whisky de centeno hasta ginebra.

Después de 45 años, Fritz Maytag, habiendo inspirado a miles de los mejores fabricantes de cerveza artesanal, anuncia su retirada, en el año 2010, con la venta de Anchor Brewing a Keith Greggor y Tony Foglio.  

Los nuevos propietarios Anchor hacen planes para preservar y expandir las operaciones de la marca icónica y cimentar su posición como líder en la elaboración de la cerveza artesanal y de destilación artesanal.

MARCA: Anchor Brewing

MODELO: Humming Ale

ESTILO: Pale Ale (5,9% ABV)

PAÍS: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS:

Esta cerveza, creada para el 30 aniversario de la nueva fábrica, y que hoy en día se reedita todos los años, aparece con color dorado-anaranjado y semi transparente que, volcada en el vaso a su debida altura, produce una espuma cremosa y con buena persistencia.

Su aroma cítrico  y frutal vuela por encima de un fondo maltoso con toques herbales y algo resinosos.

En boca destacan los sabores cítricos (pomelo, cascara de naranja...) por encima de un fondo maltoso suave con cierto amargor resinoso producido por el lúpulo Nelson Sauvin.

Tiene una carbonatación bastante ligera, con un cuerpo medio y un final amargo muy bien integrado, seco y con mucha persistencia, que hacen a esta cerveza muy sabrosa y fácil de beber.